Por La Idea
El artículo del grupo Barbaria que antecede a este criticando el concepto de colapso me ha chirriado bastante; creo que no tiene muy claro lo que es el concepto, pues para nada implica que no tenga que existir una resistencia contra el capitalismo.
Por otro lado tampoco me explico de dónde saca que hablar de ecofascismo es dejar de lado sus más que evidentes raíces capitalistas, como todos los tipos de fascismo. Lo veo también muy limitado a una visión de tipo insurreccionalista, sin plantearse tan siquiera el día después (e incluso el tiempo durante las revueltas).
Considero que es tan necesaria la acción directa en las barricadas como en las huertas; recordemos que una de las cosas que ayudó a las huelgas mineras asturianas de principios del pasado siglo fue que muchos de los mineros tenían en casa una huerta familiar que pudieron poner al servicio de sus compañeros para alargarlas.
Por otro lado una vez alcanzada cierta etapa del colapso (hay muchas posibilidades de que sea una caída mantenida en el tiempo y no un momento puntual de implosión), la paralización de la multinacionales será el primer gran golpe y es necesario recordar que, en general, ni el 8% (y en algunas provincias ni el dos) de lo que comemos se produce localmente. No hay guerra sin intendencia ni sociedad sin comida.
No creo que podamos hacer mucho más que dar palos de ciego si insurreccionalistas y creadores no se ponen con sus respectivos trabajos de planificar y empezar a dar pasos concretos para cuando llegue el bendito día H.
No sé si compartís mi sensación pero llevo unos cuantos años bastante desencantado con todos nosotros en general; dedicamos excesivo tiempo a los debates y poco o nada (la mayoría) a trabajar y desarrollar aquello que sabemos necesario.
Necesitamos traer las cosas a tierra; dar realidad a lo que imaginamos.
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