José Bellver. FUHEM Ecosocial
Breve definición del movimiento. Elementos e ideas principales
El cambio climático, la pérdida de biodiversidad, el alcance inminente del pico en la extracción del petróleo a escala global, la inquietante expansión desaforada de los territorios urbanizados y la contaminación de tierra, agua y aire asociada a la misma y a los propios procesos de producción y consumo cuyo crecimiento parece ser el fin último del sistema económico, son algunas de las señales inequívocas de que la humanidad ha rebasado sobradamente los límites biofísicos del planeta. Esto ha llevado a plantear, desde diversos ámbitos teóricos, como la economía ecológica, la necesidad de revertir tal situación corrigiendo la sobredimensión de la economía humana respecto a la biosfera, dado que nada material puede crecer de forma indefinida en un medio finito, como es la Tierra. Esta disminución de la escala de la economía, en términos de producción y consumo, se plantea no obstante como una reducción necesaria que debe realizarse sin menoscabo del bienestar o la calidad de vida de la población mundial, sino, al contrario, incrementándola a través de vías no materiales. Esto es lo que hoy se conoce como decrecimiento, un concepto en torno al cual se articula un movimiento para el que alcanzar un punto donde la acumulación material ya no ocupe una posición privilegiada en el imaginario cultural de la población, y sea en cambio sustituido por una valoración de la suficiencia, es un horizonte hacia el que caminar.
Para muchos de sus defensores, el decrecimiento no es un planteamiento a favor o en contra del cual se pueda estar, pues consideran que es algo que necesariamente va a suceder por las diversas amenazas que acechan a la civilización capitalista. La cuestión será, para estos, cómo se producirá dicho decrecimiento: de forma planificada o como resultado de un colapso civilizatorio; de forma autoritaria en favor de una minoría social o con una participación verdaderamente democrática y a favor de la mayoría social. Con el fin de aclarar su posicionamiento al respecto, algunos suman el adjetivo de socialmente sostenible al concepto de decrecimiento.
No obstante, aunque caminen en la misma dirección, no todos los defensores del decrecimiento caminan juntos: el movimiento está formado por diversas corrientes que ponen el acento en unas u otras cuestiones y estrategias, que en ocasiones pueden incluso mostrarse contradictorias entre sí. De manera simplificada: unas ponen énfasis en los cambios individuales, en mayor o menor medida entroncados con prácticas colectivas (trueque, grupos de consumo, huertos urbanos, monedas locales, mercado social, movilidad alternativa, etc.), pero tratando casi siempre de no superar la escala local; otras plantean además la necesidad de cambios más radicales en términos políticos que alcancen la esfera institucional con propuestas que aúnan diversas tradiciones de transformación radical del sistema. Reducción y reparto del tiempo de trabajo; redistribución de la riqueza con mayor progresividad fiscal e incluso salarios máximos además de mínimos; democracia participativa; relocalización de la producción y fomento de modos de producción ecológicamente sostenibles, especialmente en lo que a alimentación y energía se refiere; rediseño de las ciudades en favor del peatón y el ciclista frente al automóvil. Estas son algunas de las propuestas de quienes en el movimiento por el decrecimiento consideran que las prácticas individuales y colectivas no serán suficientes de cara a alcanzar sociedades más socialmente equitativas y ecológicamente sostenibles.
Con todo, las distintas corrientes que conforman el movimiento por el decrecimiento sí tienen en común principios como la autogestión y la autoorganización en sus prácticas colectivas con el objetivo de construir alternativas de producción y consumo cooperativas y democráticas. Asimismo, son también comunes las preocupaciones que giran en torno a la mercantilización de las relaciones humanas, la uniformización cultural y la crítica al desarrollo, al igual que una filosofía de la vida buena basada en un modo de vida más frugal.
Origen y evolución del movimiento
Aunque al concepto de decrecimiento se le atribuye una historia que se remonta a los años setenta del pasado siglo, a través de autores como Nicolás Georgescu-Roegen o André Gorz, su uso como consigna militante nace con el siglo XXI en Francia, con la publicación del libro Objectif décroissance (Objetivo decrecimiento) en 2003, una colección de artículos de la revista S!lence, que ya desde mediados de los años noventa venía publicando artículos acerca de esta temática. El germen de este movimiento debe buscarse, sin embargo, entre las corrientes del postdesarrollo, entre cuyas organizaciones más destacadas está la asociación Ligne d'Horizon, creada en los años noventa por un grupo de amigos de François Partant para promover la obra del que es uno de los autores posdesarrollistas más relevantes. Algunos de los miembros más reconocidos del movimiento por el decrecimiento forman parte de esta asociación, como es el caso de Serge Latouche.
Año tras año, el movimiento por el decrecimiento ha ido expandiéndose, primero por Italia y España, y poco a poco por otros países europeos y traspasando las fronteras continentales hasta llegar a países del mundo entero hoy en día. En principio, la propuesta del decrecimiento hace referencia esencialmente a las economías opulentas del mundo, y por tanto sobredimensionadas; sin embargo, a pesar de causar cierta sorpresa, están surgiendo también movimientos a favor del decrecimiento en la periferia de la economía mundial, como por ejemplo en América Latina, bajo el término de descrecimiento. El grueso del movimiento se concentra no obstante en Europa y en Norteamérica, donde, junto con el Reino Unido e Irlanda, son más conocidos los movimientos de simplicidad voluntaria como el simple living, simplicity with style y el downshifting, o las comunidades en transición, pero no siempre se declaran a sí mismos expresamente decrecentistas. En contraste, los movimientos que sí se declaran como tales consideran a estas corrientes como parte del mismo movimiento, algo que se refleja tanto en sus textos como en sus encuentros nacionales e internacionales, donde, por otra parte, se fomenta el diálogo entre estos diversos movimientos.
Enlaces
Una de las principales promotoras del decrecimiento a escala internacional es la organización Research & Degrowth, una asociación académica dedicada a la investigación, la sensibilización y la organización de eventos, como son las conferencias internacionales sobre decrecimiento cada dos años desde el año 2008. Su página web es una de las ofrece información más completa y rigurosa sobre decrecimiento (www.degrowth.org). Otra página destacable de esta organización, en formato de revista, es la de www.demagazine.eu.
Una buena parte de los referentes del decrecimiento se encuentran, como es normal, en su país de gestación, como es el caso del Institut d’études économiques pour la décroissance soutenable, en cuya página web pueden encontrarse todo tipo de contenidos (documentos, noticias, etc.), principalmente en francés, al igual que en www.decroissance.info, una página colectiva en la que se recopilan artículos y documentos relacionados con el decrecimiento.
En Francia, buena parte de los colectivos decrecentistas se agrupan bajo la denominación de objetores al crecimiento, siendo www.les-oc.info la página principal del movimiento. En la misma línea cabe destacar la red de los objetores de crecimiento para el post-desarrollo, que reúne diversos tipos de asociaciones e individuos reagrupados en torno a una crítica radical del desarrollo de corte occidental (www.apres-developpement.org), que está en varios idiomas, entre ellos el castellano. En un tono más cómico, la revista La Décroissance realiza también una crítica radical del desarrollismo imperante, apuntando buena parte de su sátira hacia los defensores del desarrollo sostenible o del reverdecimiento del capitalismo (www.ladecroissance.net). En la misma línea pero con un enfoque más académico, la revista de referencia sobre decrecimiento en términos teóricos es sin duda la francesa Entropia (www.entropia-la-revue.org), en la que pueden encontrarse también artículos en castellano y otros idiomas.
No puede obviarse tampoco como referencia la del primer partido decrecentista del mundo (www.partipourladecroissance.net), fundado en Francia en 2006. La idea fue imitada un año después en Italia, aunque resulta más destacable la relación del decrecentismo italiano con el Movento 5 Stelle, un pequeño partido en auge impulsado por el cómico italiano Beppe Grillo. No obstante, los principales referentes italianos del movimiento por el decrecimiento son la Associazione per la decrescita, entre los cuales cabe destacar a Mauro Bonaiuti como uno de integrantes más destacados, y el Movimento per la Decrescita Felice, una asociación fundada y liderada por Maurizio Pallante.
En el Estado español, el movimiento decrecentista tuvo sus inicios en Cataluña a través de la Xarxa pel Decreixement, que aunque ya no existe como tal, muchos de sus miembros forman hoy parte de la Cooperativa Integral Catalana, un modelo de producción y consumo alternativo emergente basado en la autogestión y la sostenibilidad mediante el cual sus integrantes intercambian productos y servicios a través de una moneda social local. Este tipo de iniciativas y de colectivos centrados en la cuestión del decrecimiento y sus diversas temáticas relacionadas pueden hoy encontrarse por todo el territorio nacional. Entre los mismos cabe destacar al colectivo vasco Desazkundea, la Red de decrecimiento de Sevilla, la organización madrileña Decrece Madrid, o Decrecimiento Aragón, entre los actualmente más activos. Puede encontrarse finalmente más información actualizada sobre decrecimiento en forma de artículos, vídeos y enlaces en el blog www.decrecimiento.info, estando la mayor parte de estos materiales en castellano.
Campañas o iniciativas activas
Aunque haya sido mencionada en apartados anteriores, la organización Ecologistas en Acción, es sin duda la organización de mayor tamaño que en el Estado español se posiciona a favor del decrecimiento, algo que se hizo patente con la campaña «Menos para vivir mejor». Esta sirvió para alertar sobre el carácter sistémico de la actual crisis y sobre la necesidad de “vivir con menos”, individual y colectivamente, para poder vivir mejor y con equidad. Esta campaña se inició en 2009, año declarado por esta organización como «año del decrecimiento».
En 2012 se han realizado por otra parte diversos encuentros a escala nacional e internacional. En España tuvo lugar el segundo encuentro de colectivos decrecentistas, al que se sumaron ahora, en contraste con el primero, a los colectivos de transición, una muestra de las sinergias existentes entre ambos movimientos. De la misma forma que en septiembre de este mismo año, en la tercera conferencia internacional sobre decrecimiento que tuvo lugar en la ciudad italiana de Venecia, la cuestión de la transición era uno de sus ejes, con su principal portavoz, Rob Hopkins, entre sus ponentes.
Finalmente, cabe destacar una iniciativas impulsada por la asociación Research & Degrowth: la «plataforma colaborativa» www.degrowthpedia.org en la que se ofrece información y material educativo de elaboración colectiva (en formato wiki).
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