Eire PANDEMONIUM (Rebelión Feminista)
El Ecofascismo es un término acuñado para definir aquellas ideas o acciones dirigidas a mantener una supremacía de género, raza, capacidad, etc. haciéndola pasar por una intención de proteger el medio ambiente. Estas acciones o pensamientos, por parte de la mayoría de la población son inconscientes ya que es la sociedad quien nos impone ciertas ideas, sin embargo en otros aspectos son muy conscientes: Cuando se señalan las problemáticas ecofascistas, es mucha la gente que no hace autocrítica porque la realidad es que sí que piensa que nuestras vidas valen menos que las del resto y se hace por un “bien mayor” que curiosamente beneficia al status quo. Quizá el Ecofascismo más sonado es el de laspajitas de plástico, una herramienta indispensable para muchísimas personas discapacitadas que se ha prohibido en varios países del mundo bajo la idea de reducir la contaminación, pero sin escuchar las necesidades de la comunidad que las usa. Esto supone que muchas personas discapacitadas pueden hasta morir por no tener acceso a esta herramienta, lo que en la mentalidad ecofascista son“daños colaterales”.
No es de extrañar cuando algunos de los primeros atisbos respecto a lo que hoy conocemos como movimiento ecologista, se inicia con “rama verde” del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, más conocido como NSDAP o partido nazi, durante la Alemania de 1939 que tanto recordamos con miedo a que se repitan los mismos errores. Con esto no pretendemos decir, ni mucho menos, que el ecologismo es fascista de serie, sino más bien hacer inciso en que cualquier motivación, por muy buena y necesaria que parezca de primeras, puede verse afectada por ideologías nocivas para grupos vulnerables que acaban perdiendo su vida en el proceso de ese “bien común”. Esta realidad sería la más conocida, la más visible, pues forma parte de la Europa blanca y occidental que compone la mayoría de discurso legales y políticos al respecto de los movimientos sociales. Pero la realidad es que hay cientos de culturas no occidentales con proyectos ciertamente ecologistas (de respeto con la madre naturaleza y el desarrollo sostenible) que además de esto carecen de discursos que antepongan el status de unos pocos a las necesidades de sus congéneres más vulnerables. Así viajamos directamente a Abya Yala (nombre que recibe América desde el pueblo Kuna de Panamá), donde ya hemos hablado de cómo intersecciona el fascismo respecto al mantenimiento del Amazonas, acuciado por masacres con intenciones genocidas para robar las tierras a los indígenas.
Es por ello que hemos decidido contactar con une activista indígena que puede hablarnos en primera persona de esta temática. Su nombre es Nia a le cual conocemos por su activismo ecologista en redes sociales (Intagram: @haluami) de quién hemos aprendido muchas cosas muy interesantes que creemos imprescindibles de cara a poder crear un movimiento realmente interseccional.
El colonialismo racista ha supuesto un cambio en todo el planeta, sin embargo el daño directo lo han soportado las culturas más machacadas por este sistema extractivista, por lo que ha afectado notablemente en su forma de vida y en su economía, llevando a los pueblos originarios a situaciones críticas tanto económicas como poblacionales y de abastecimiento de su población. Cuestiones como los superalimentos o los cultivos a gran escala, han supuesto que se impida otros cultivos menos dañinos y originarios de las tierras colonizadas.
Para cambiar este modelo de pensamiento teórico, hay que apostar por los discursos del sur global y las formas de vida de quienes llevan siglos cuidando sus tierras, porque son quienes realmente saben cómo adaptar la vida humana a las necesidades de la tierra. Por ello nos parece impensable construir un discurso ecológico sin las personas más damnificadas del saqueo de Occidente, los pueblos indígenas.
Hemos visto como muchas medidas que se hacían en la Europa occidental no protegían a muchísima gente vulnerable (personas sin hogar hacinadas, personas encarceladas en cárceles, CIES y psiquiátricos; campamentos de refugiados, etc.) lo que para la mayoría de les activistas interseccionales es una falta de empatía con los colectivos más necesitados propia de un modelo económico egoísta. Pero la cuestión es reformar estas ideas desde los cimientos y cambiar así la sociedad al completo.
Así llegamos a la conclusión de que el modelo económico y social actual es completamente incompatible con la vida de nuestro planeta y la nuestra propia, sobretodo de los pueblos explotados y saqueados por Occidente, por lo que es necesario que cambiemos este modelo.
En el entorno feminista ocurre que mucho del activismo en beneficio de los animales o contra el cambio climático es abanderado por personajes públicos (por supuesto blancos) que además suelen ser opresivos respecto a otras compañeras y compañeres, ¿podrías decirnos alguna figura tuya o de tu cultura que aúne estos dos movimientos?
Conclusiones
En la cultura ecologista es imprescindible pensar cómo afectan nuestros actos a las personas más vulnerables, que somos todos esos grupos que nos salimos del ideario del “capitalismo verde” que puede llegar a ser ecofascista. No dejemos que un movimiento tan necesario como es el ecologismo, caiga en errores reaccionarios y fascistas que no pongan a las personas vunerables en el centro. Escuchemos a todas las personas que desde sus experiencias luchan contra los grandes propietarios, las industrias y el extractivismo asesino.
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